Probablemente el teatro solo sobrevivirá en el futuro —y con él el arte del actor— si se generaliza una forma de actuación fundamentada en ciertas poderosas capacidades humanas para la comunicación y la creación. Sobre la técnica de la actuación hace una aportación imprescindible al aprendizaje, a la ética y al camino del actor como arte, ampliando los senderos que sus maestros trazaran en el primer tercio del siglo xx, haciendo transitable la vía hacia una actuación del futuro.

Michael Chéjov hizo su aprendizaje en el Teatro de Arte de Moscú bajo Stanislavski, Nemiróvich-Dánchenko, Sulerzhitsky y Vajtángov convirtiéndose pronto en un actor legendario y en un pedagogo original. Stanislavski no dudaba en afirmar su forma de actuar en cualquier lugar del mundo: la huella sería inolvidable. Leal y consciente siempre de la herencia recibida de Stanislavski, sus propias experiencias le llevaron, sin embargo, —al igual que sucediera con Vajtángov y Meyerhold frente al maestro común— a reformular principios, simplificar procesos y desvelar aspectos, inéditos anteriormente, de la técnica actoral. El manejo innovador del trabajo psicofísico, de la irradiación personal, de la imaginación, de la plasticidad verbal, de la atmósfera escénica o el gesto psicológico desvelan herramientas artísticas de inmensa eficacia y nos abren al uso de las más sutiles energías humanas en el escenario.

José Luis Gómez

Probablemente el teatro solo sobrevivirá en el futuro —y con él el arte del actor— si se generaliza una forma de actuación fundamentada en ciertas poderosas capacidades humanas para la comunicación y la creación. Sobre la técnica de la actuación hace una aportación imprescindible al aprendizaje, a la ética y al camino del actor como arte, ampliando los senderos que sus maestros trazaran en el primer tercio del siglo xx, haciendo transitable la vía hacia una actuación del futuro.

Michael Chéjov hizo su aprendizaje en el Teatro de Arte de Moscú bajo Stanislavski, Nemiróvich-Dánchenko, Sulerzhitsky y Vajtángov convirtiéndose pronto en un actor legendario y en un pedagogo original. Stanislavski no dudaba en afirmar su forma de actuar en cualquier lugar del mundo: la huella sería inolvidable. Leal y consciente siempre de la herencia recibida de Stanislavski, sus propias experiencias le llevaron, sin embargo, —al igual que sucediera con Vajtángov y Meyerhold frente al maestro común— a reformular principios, simplificar procesos y desvelar aspectos, inéditos anteriormente, de la técnica actoral. El manejo innovador del trabajo psicofísico, de la irradiación personal, de la imaginación, de la plasticidad verbal, de la atmósfera escénica o el gesto psicológico desvelan herramientas artísticas de inmensa eficacia y nos abren al uso de las más sutiles energías humanas en el escenario.

José Luis Gómez

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