En la esencia del teatro se encuentra la relación actor-espectador, de suerte que a lo largo de la historia la gente de teatro se ha preocupado por perfeccionar esa comunicación, como muestran las diversas técnicas de actuación y los estudios y debates en torno a ellas.
En años recientes han adquirido gran resonancia investigaciones científicas en neurociencias cuyos resultados llevaron al descubrimiento de las llamadas neuronas espejo, las cuales presentan mecanismos que podrían explicar y dar cuenta de algunos de los factores clave de la experiencia teatral, tanto en términos de lo que hace que una actuación logre una verdadera comunicación con el espectador, como en términos de lo que sucede en éste cuando dicha comunicación es exitosa.
No obstante, argumenta Gabriele Sofia, tales investigaciones están siendo malentendidas debido a una simplificación excesiva, si bien constituyen asombrosas puertas de oportunidad para el estudio del espectador desde perspectivas novedosas, perspectivas que —es justo decirlo, señala el autor— han sido de algún modo ya exploradas mediante la investigación en escena por Stanislavski, Meyerhold y Eugenio Barba, por poner tres ejemplos.
En suma, una obra indispensable que aborda desde las neurociencias y las teorías de la percepción la comunicación que tiene lugar en la experiencia teatral entre actores y espectadores.
En la esencia del teatro se encuentra la relación actor-espectador, de suerte que a lo largo de la historia la gente de teatro se ha preocupado por perfeccionar esa comunicación, como muestran las diversas técnicas de actuación y los estudios y debates en torno a ellas.
En años recientes han adquirido gran resonancia investigaciones científicas en neurociencias cuyos resultados llevaron al descubrimiento de las llamadas neuronas espejo, las cuales presentan mecanismos que podrían explicar y dar cuenta de algunos de los factores clave de la experiencia teatral, tanto en términos de lo que hace que una actuación logre una verdadera comunicación con el espectador, como en términos de lo que sucede en éste cuando dicha comunicación es exitosa.
No obstante, argumenta Gabriele Sofia, tales investigaciones están siendo malentendidas debido a una simplificación excesiva, si bien constituyen asombrosas puertas de oportunidad para el estudio del espectador desde perspectivas novedosas, perspectivas que —es justo decirlo, señala el autor— han sido de algún modo ya exploradas mediante la investigación en escena por Stanislavski, Meyerhold y Eugenio Barba, por poner tres ejemplos.
En suma, una obra indispensable que aborda desde las neurociencias y las teorías de la percepción la comunicación que tiene lugar en la experiencia teatral entre actores y espectadores.