Paginas: 120

Edición: 2010


-Una merienda de Negros (No levantarás falsos testimonios) de Édgar Chías


Desdémona, Otello y Iago se preparan para interpretarse a sí mismos, para desdoblar lo que hay detrás de la historia de la que alguna vez fueron partícipes. De manera cómica y desenfadada, estos tres personajes hacen una crítica de la obra de Shakespeare, replanteándola, lo que da como resultado una reflexión acerca de la desigualdad económica y social que a lo largo de su historia ha vivido la raza negra y del supuesto cambio social con respecto a la misma, en un contexto en el que la primera potencia mundial es liderada por un nigger.


-Todo cuanto hace el viento (No desearás la mujer de tu prójimo) de Angélica Liddell


Una madre y su hijo, viven aislados en un palacio presidencial. En el nuevo orden social, donde el mercado ha superado totalmente a la ideología, la literatura está prohibida para que nadie se identifique con el sufrimiento de personajes de ficción. Un robot vigila la memoria y la inconsciencia. Las novelas solo se recuerdan en sueños, y el sueño es interrumpido en cuanto se detecta algún libro en la conciencia de un individuo. El libro inconsciente de esta mujer es “Anna Karerina”, que expresa su deseo de ser arrebatada por el amante. Los deseos se materializan durante el sueño en libros prohibidos. Por tanto, nadie puede dormir. La soledad lleva a esta mujer a desarrollar una conducta desquiciada que se manifiesta seduciendo a su propio hijo. Una vez muerto el dictador el hijo suplanta al padre, sustituyendo una tiranía del optimismo por una tiranía del dolor absoluto, de manera que la mujer queda sometida de nuevo a la falta de esperanza, como metáfora de una humillación universal.


-La Novedad (No codiciarás los bienes ajenos) de Santiago Gobernori


“La novedad” es paradójicamente lo que se podría llamar teatro viejo. Es un vodevil, una comedia de enredos dónde dos hermanos enfrentados, cada uno presidente de un club de barrio ponen en juego mucho más que una competencia deportiva.


"No codiciarás los bienes ajenos es quizás el mandamiento que más me remite a lo argentino. Más incluso que "No Robarás"... La codicia y la envidia de lo del otro es frecuente en nuestros círculos familiares, laborales y entre amigos. Es un sentimiento solapado, implícito y cuando sale a la luz es llamativo y teatral." Santiago Gobernori


Una merienda de Negros. Todo cuanto hace el viento. La Novedad

$15.000,00

Calculá el costo de envío

Paginas: 120

Edición: 2010


-Una merienda de Negros (No levantarás falsos testimonios) de Édgar Chías


Desdémona, Otello y Iago se preparan para interpretarse a sí mismos, para desdoblar lo que hay detrás de la historia de la que alguna vez fueron partícipes. De manera cómica y desenfadada, estos tres personajes hacen una crítica de la obra de Shakespeare, replanteándola, lo que da como resultado una reflexión acerca de la desigualdad económica y social que a lo largo de su historia ha vivido la raza negra y del supuesto cambio social con respecto a la misma, en un contexto en el que la primera potencia mundial es liderada por un nigger.


-Todo cuanto hace el viento (No desearás la mujer de tu prójimo) de Angélica Liddell


Una madre y su hijo, viven aislados en un palacio presidencial. En el nuevo orden social, donde el mercado ha superado totalmente a la ideología, la literatura está prohibida para que nadie se identifique con el sufrimiento de personajes de ficción. Un robot vigila la memoria y la inconsciencia. Las novelas solo se recuerdan en sueños, y el sueño es interrumpido en cuanto se detecta algún libro en la conciencia de un individuo. El libro inconsciente de esta mujer es “Anna Karerina”, que expresa su deseo de ser arrebatada por el amante. Los deseos se materializan durante el sueño en libros prohibidos. Por tanto, nadie puede dormir. La soledad lleva a esta mujer a desarrollar una conducta desquiciada que se manifiesta seduciendo a su propio hijo. Una vez muerto el dictador el hijo suplanta al padre, sustituyendo una tiranía del optimismo por una tiranía del dolor absoluto, de manera que la mujer queda sometida de nuevo a la falta de esperanza, como metáfora de una humillación universal.


-La Novedad (No codiciarás los bienes ajenos) de Santiago Gobernori


“La novedad” es paradójicamente lo que se podría llamar teatro viejo. Es un vodevil, una comedia de enredos dónde dos hermanos enfrentados, cada uno presidente de un club de barrio ponen en juego mucho más que una competencia deportiva.


"No codiciarás los bienes ajenos es quizás el mandamiento que más me remite a lo argentino. Más incluso que "No Robarás"... La codicia y la envidia de lo del otro es frecuente en nuestros círculos familiares, laborales y entre amigos. Es un sentimiento solapado, implícito y cuando sale a la luz es llamativo y teatral." Santiago Gobernori


Mi carrito