Las obras de teatro de Leandro González son atrapantes porque despiertan un interés genuino en la audiencia. Él procura que los elementos informativos que desea transmitir se subordinen a un proyecto estético, pero logrando que simultáneamente funcionen como «modelos metafóricos de conocimiento». Sus piezas teatrales encuentran diversas modalidades expresivas que van desde la poética realista, en ciertas obras, al quiebre de aquellas, en otras, sin desdeñar a veces introducir elementos fantásticos, deslizarse al policial negro o establecer algún cruce con el espionaje o la aventura, en búsquedas inagotables y con logros muy seductores. Editar estos diez textos suyos estimula la circulación y la puesta de importantes obras de uno de los más conspicuos dramaturgos bahienses de la postdictadura.
Este volumen incluye: Tanta agua, tanto fuego, Eleya, El empleado del mes, Asistencia perfecta y Un Tal Tufo (Adaptación de la obra Tartufo de Moliere).
Las obras de teatro de Leandro González son atrapantes porque despiertan un interés genuino en la audiencia. Él procura que los elementos informativos que desea transmitir se subordinen a un proyecto estético, pero logrando que simultáneamente funcionen como «modelos metafóricos de conocimiento». Sus piezas teatrales encuentran diversas modalidades expresivas que van desde la poética realista, en ciertas obras, al quiebre de aquellas, en otras, sin desdeñar a veces introducir elementos fantásticos, deslizarse al policial negro o establecer algún cruce con el espionaje o la aventura, en búsquedas inagotables y con logros muy seductores. Editar estos diez textos suyos estimula la circulación y la puesta de importantes obras de uno de los más conspicuos dramaturgos bahienses de la postdictadura.
Este volumen incluye: Tanta agua, tanto fuego, Eleya, El empleado del mes, Asistencia perfecta y Un Tal Tufo (Adaptación de la obra Tartufo de Moliere).