Seasonal Affective Disorder / Trastorno afectivo temporal. Podría haber sido una noche como cualquier otra: Vlad, hombre de unos cuarentilargos, tomaba un trago de más en el bar; Dolly, desde la altura de sus 14 años, fumaba un enésimo cigarrillo. Podría haber terminado ahí, con cada uno confinado en su soledad y en sus pequeñas mentiras cotidianas. Pero hubo esa mirada, una sola, y luego el llamado de la carne, la necesidad casi animal de olfatear al otro, de rodearlo, de marcarlo, de un zarpazo, como un tatuaje.
¿Cómo seguirles el ritmo a estos dos rebeldes dispuestos a todo para sobrevivir frente a los hombres y sus juicios inflexibles? En lugar de la mediocridad de la vida cotidiana, Dolly y Vlad prefieren la fuga sublime y criminal que los llevará al límite. Los diálogos de Lola Molina, escritos al filo de la navaja para un dúo de actores, transgreden delicadamente los tabúes y los problemas amorosos de una sociedad que está mucho más dispuesta a acusar que a perdonar.
Adeno Nuitome. Se instalaron en una casa lejos de todo. Él la llevó al corazón del bosque. Dejaron la gran ciudad para fundirse con la naturaleza. Son dos jóvenes artistas cuyo retiro se asemeja al de una comuna anarquista de dos personas. El río al final del jardín arrastra quizás los restos de Jeff Buckley, un viejo amor imaginario. Juntos atraviesan la “Adeno Nuitome”, la noche oscura del cáncer, pero también del amor, que no se cuenta, sino que se vive.
Lola Molina nació en 1984. Escribe obras de teatro. Después de un máster en estudios teatrales en la Université Sorbonne Nouvelle en 2007 dirigido por Jean-Pierre Sarrazac, fundó junto a Lélio Plotton la Compagnie Léla.
Seasonal Affective Disorder / Trastorno afectivo temporal. Podría haber sido una noche como cualquier otra: Vlad, hombre de unos cuarentilargos, tomaba un trago de más en el bar; Dolly, desde la altura de sus 14 años, fumaba un enésimo cigarrillo. Podría haber terminado ahí, con cada uno confinado en su soledad y en sus pequeñas mentiras cotidianas. Pero hubo esa mirada, una sola, y luego el llamado de la carne, la necesidad casi animal de olfatear al otro, de rodearlo, de marcarlo, de un zarpazo, como un tatuaje.
¿Cómo seguirles el ritmo a estos dos rebeldes dispuestos a todo para sobrevivir frente a los hombres y sus juicios inflexibles? En lugar de la mediocridad de la vida cotidiana, Dolly y Vlad prefieren la fuga sublime y criminal que los llevará al límite. Los diálogos de Lola Molina, escritos al filo de la navaja para un dúo de actores, transgreden delicadamente los tabúes y los problemas amorosos de una sociedad que está mucho más dispuesta a acusar que a perdonar.
Adeno Nuitome. Se instalaron en una casa lejos de todo. Él la llevó al corazón del bosque. Dejaron la gran ciudad para fundirse con la naturaleza. Son dos jóvenes artistas cuyo retiro se asemeja al de una comuna anarquista de dos personas. El río al final del jardín arrastra quizás los restos de Jeff Buckley, un viejo amor imaginario. Juntos atraviesan la “Adeno Nuitome”, la noche oscura del cáncer, pero también del amor, que no se cuenta, sino que se vive.
Lola Molina nació en 1984. Escribe obras de teatro. Después de un máster en estudios teatrales en la Université Sorbonne Nouvelle en 2007 dirigido por Jean-Pierre Sarrazac, fundó junto a Lélio Plotton la Compagnie Léla.
