Rafael Spregelburd para experimentar con el lenguaje teatral y sus posibilidades de ficcionalizar y producir sentidos -sin importar que éstos sean contradictorios u obscuros- trabaja con estructuras extrañas a las de un texto dramático tradicional. Spregelburd abandona lo específicamente teatral para tomar "la simetría, la matemática, la lógica, la lingüística estructural", ya que cree que "el teatro, para ser renovador, debe pensarse desde otras áreas". Raspando la cruz hace un cuestionamiento a la posibilidad de interpretar la historia unidireccionalmente y de objetivizar los acontecimientos, alcanzando una única verdad. No se puede controlar racionalmente lo aleatorio, lo arbitrario, sino simplemente participar de un devenir histórico que se comprende sólo parcialmente.
Patricia Fischer
Rafael Spregelburd para experimentar con el lenguaje teatral y sus posibilidades de ficcionalizar y producir sentidos -sin importar que éstos sean contradictorios u obscuros- trabaja con estructuras extrañas a las de un texto dramático tradicional. Spregelburd abandona lo específicamente teatral para tomar "la simetría, la matemática, la lógica, la lingüística estructural", ya que cree que "el teatro, para ser renovador, debe pensarse desde otras áreas". Raspando la cruz hace un cuestionamiento a la posibilidad de interpretar la historia unidireccionalmente y de objetivizar los acontecimientos, alcanzando una única verdad. No se puede controlar racionalmente lo aleatorio, lo arbitrario, sino simplemente participar de un devenir histórico que se comprende sólo parcialmente.
Patricia Fischer