Esta pieza de William Shakespeare es la segunda del grupo de las cuatro tragedias romanas: Tito Adrónico (1593), Julio César (1598 o 1599), Antonio y Cleopatra (1606-1607) y Coriolano (1607-1608). Como todas ellas, toma sus personajes de las Vidas paralelas, de Plutarco. "La obra está llena -dice la especialista en el drama inglés Marjorie Garber- de presagios y prodigios, de augurios y de sueños", que debieron ser creídos, y no lo fueron. Y esos errores fueron fatales. Idea Vilariño tradujo y prologó esta nueva edición de Julio César, donde el arte de Shakespeare encuentra sus momentos culminantes.
Esta pieza de William Shakespeare es la segunda del grupo de las cuatro tragedias romanas: Tito Adrónico (1593), Julio César (1598 o 1599), Antonio y Cleopatra (1606-1607) y Coriolano (1607-1608). Como todas ellas, toma sus personajes de las Vidas paralelas, de Plutarco. "La obra está llena -dice la especialista en el drama inglés Marjorie Garber- de presagios y prodigios, de augurios y de sueños", que debieron ser creídos, y no lo fueron. Y esos errores fueron fatales. Idea Vilariño tradujo y prologó esta nueva edición de Julio César, donde el arte de Shakespeare encuentra sus momentos culminantes.