Sarah Kane creó un teatro que intenta confrontarse a la ausencia de sentido del mundo, para que terminemos de inventarnos dioses y tiranos. Kane escribió un teatro para que, finalmente, alcancemos la libertad. Gaëlle Reynaud
Se podría decir que en los escritos de Kane -admiradora de Harold Pinter y Beckett, influida por el teatro del absurdo y partidaria de las propuestas escénicas menos complacientes con el espectador- no hay cuestionamientos ya que los textos maduros no cuestionan, porque todo cuestionamiento se vuelve moralizante... Kane entrega diversas y múltiples caras de una misma situación, ninguna es buena ni mala, sólo son. Carina Maguregui
Sarah Kane creó un teatro que intenta confrontarse a la ausencia de sentido del mundo, para que terminemos de inventarnos dioses y tiranos. Kane escribió un teatro para que, finalmente, alcancemos la libertad. Gaëlle Reynaud
Se podría decir que en los escritos de Kane -admiradora de Harold Pinter y Beckett, influida por el teatro del absurdo y partidaria de las propuestas escénicas menos complacientes con el espectador- no hay cuestionamientos ya que los textos maduros no cuestionan, porque todo cuestionamiento se vuelve moralizante... Kane entrega diversas y múltiples caras de una misma situación, ninguna es buena ni mala, sólo son. Carina Maguregui