"En la barda me siento salvo. Veo la ciudad tan pequeña, me siento una diosa griega mirando a los pobres mortales. siento que Tifón, el dios del viento, me acaricia; ronroneo. Miro la luna y grito: "Cuando mi espíritu atraviese el espejo ¿Qué quedará de mí? ¿Qué quedará de mí?
Súbitamente decido no ser más yo; decido cambiarme el nombre ¡Me llamo AGATHA! Ahí en lo alto me siento salva, no le temo a nada, ni al Chocón, ni a Esther. A nada."
De Ahora, Agatha
"En la barda me siento salvo. Veo la ciudad tan pequeña, me siento una diosa griega mirando a los pobres mortales. siento que Tifón, el dios del viento, me acaricia; ronroneo. Miro la luna y grito: "Cuando mi espíritu atraviese el espejo ¿Qué quedará de mí? ¿Qué quedará de mí?
Súbitamente decido no ser más yo; decido cambiarme el nombre ¡Me llamo AGATHA! Ahí en lo alto me siento salva, no le temo a nada, ni al Chocón, ni a Esther. A nada."
De Ahora, Agatha