Fantasmas en escena estudia la desaparición de personas en el teatro del período 2001-2015 a través del análisis de cuatro obras: Un mismo árbol verde, de Claudia Piñeiro; Los murmullos, de Luis Cano; La Chira (El lugar donde conocí el miedo), de Ana Longoni, y Luisa se estrella contra su casa, de Ariel Farace, todas estrenadas en la ciudad de Buenos Aires.
Mariana Eva Perez toma distancia de la caracterización de la desaparición forzada como una forma entre otras de violencia estatal y la entiende en este libro como una biopolítica de producción de espectros. Esta biopolítica desaparecedora operó a nivel de los cuerpos y de la población por medio de la reducción a la espectralidad y la fabricación masiva de fantasmas, con el objetivo inmediato de producir terror y parálisis y con el fin último de transformar en sentido regresivo la estructura socioeconómica argentina.
Gracias a un agudo y cuidadoso análisis centrado en la dramaturgia, Perez encuentra en el teatro no solo una ampliación del repertorio de temas, figuras y motivos para representar la desaparición, sino también el desarrollo de estrategias innovadoras que recrean en el aquí y ahora teatral mecanismos y formas de funcionamiento propios de la dimensión fantástico-espectral de la desaparición. De esta forma, la autora rastrea en los textos dramáticos nuevos sentidos sobre el pasado (y su persistencia en el presente) que desbordan el marco de lo decible por otros discursos sociales disponibles en el momento.
Fantasmas en escena propone así un diálogo entre el teatro del período 2001-2015 sobre la desaparición y su extraescena: las políticas de la memoria del kirchnerismo, que Perez sopesa y discute con claridad y sagacidad singulares. Un aporte fundamental para abrir la discusión más allá de las consignas históricas de verdad y justicia, y adentrarse en los problemas del duelo inconcluso, el reconocimiento de lo espectral y el legado de los desaparecidos.
Fantasmas en escena estudia la desaparición de personas en el teatro del período 2001-2015 a través del análisis de cuatro obras: Un mismo árbol verde, de Claudia Piñeiro; Los murmullos, de Luis Cano; La Chira (El lugar donde conocí el miedo), de Ana Longoni, y Luisa se estrella contra su casa, de Ariel Farace, todas estrenadas en la ciudad de Buenos Aires.
Mariana Eva Perez toma distancia de la caracterización de la desaparición forzada como una forma entre otras de violencia estatal y la entiende en este libro como una biopolítica de producción de espectros. Esta biopolítica desaparecedora operó a nivel de los cuerpos y de la población por medio de la reducción a la espectralidad y la fabricación masiva de fantasmas, con el objetivo inmediato de producir terror y parálisis y con el fin último de transformar en sentido regresivo la estructura socioeconómica argentina.
Gracias a un agudo y cuidadoso análisis centrado en la dramaturgia, Perez encuentra en el teatro no solo una ampliación del repertorio de temas, figuras y motivos para representar la desaparición, sino también el desarrollo de estrategias innovadoras que recrean en el aquí y ahora teatral mecanismos y formas de funcionamiento propios de la dimensión fantástico-espectral de la desaparición. De esta forma, la autora rastrea en los textos dramáticos nuevos sentidos sobre el pasado (y su persistencia en el presente) que desbordan el marco de lo decible por otros discursos sociales disponibles en el momento.
Fantasmas en escena propone así un diálogo entre el teatro del período 2001-2015 sobre la desaparición y su extraescena: las políticas de la memoria del kirchnerismo, que Perez sopesa y discute con claridad y sagacidad singulares. Un aporte fundamental para abrir la discusión más allá de las consignas históricas de verdad y justicia, y adentrarse en los problemas del duelo inconcluso, el reconocimiento de lo espectral y el legado de los desaparecidos.